24 de marzo de 2014

GALLETAS DE PISTACHO Y LIMÓN




Sé que somos muchos los amantes de la cocina con problemas de adicción: los utensilios de cocina son un vicio, los ingredientes exóticos y las especias, una perdición.


En mi caso, quiero tenerlo todo. No me basta con estar razonablemente equipada y comprarme de vez en cuando alguna tontería que me olvido de usar (¡hola, juego para decorar fruta del Ikea guardado en el cajón!), en absoluto. Lo mismo me ocurre con los libros de cocina. Los busco, los ojeo, suspiro y deseo tenerlos en mi estantería, listos para ser usados con premeditación o en uno de mis arrebatos cocineros...¡Pero no puede ser! ¡no puedo dedicarme a acumular trastos y libros de cocina viviendo en un piso de alquiler, en un país en el que (supuestamente) estoy de paso! 

Afortunadamente, existen soluciones como el Book Sale, que me ayudan a quitarme un poco el mono. Durante este evento, se venden libros donados de segunda mano, con el objetivo de recaudar fondos para la biblioteca del condado. Los precios son muy asequibles (los más caros cuestan 4$) y si no te convence el libro, puedes devolverlo al lugar de donde procede imitando a Frodo en el Monte del Destino.

Por eso estoy tan contenta de haber encontrado esta fantástica receta en uno de estos libros que adquirí por el irrisorio precio de 50 centavos.






Y mi alegría no es solo porque estas galletas estén riquísimas, sino porque además esta receta nos ayuda a expandir nuestros horizontes reposteros al usar dos tipos de harina: trigo y maíz. Y me refiero a harina de maíz, no almidón de maíz (también conocido como Maicena).

¿Te apetece probarlas?



 
Nivel de dificultad: Bajo
Tiempo de preparación: 20 minutos + 3 horas de reposo + 10 minutos de horneado.


 
Ingredientes

175g de harina (1 taza + 2 cucharadas) 
40g de harina de maíz, no confundir con Maicena (1/3 de taza)
1/2 cucharadita de ralladura de limón (sin llegar a la parte blanca)
50g de pistachos picados (1/3 de taza)
1 huevo mediano
120g de azúcar (1/2 taza)
110g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente (1/2 taza)
1/4 de cucharadita de extracto de vainilla (ver con más detalle en la sección de consejos)

1 pizca de sal



Preparación

1   Batir (a mano o con una batidora eléctrica de varillas) la mantequilla con el azúcar en un cuenco amplio durante 3 minutos. Añadir el huevo el extracto de vainilla (ver más detalles en la sección de consejos) y la ralladura de limón. Batir un minuto más hasta que quede una mezcla homogénea. Incorporar los pistachos picados y remover de nuevo usando una espátula de silicona.


2   En otro cuenco, mezclar los dos tipos de harina con la pizca de sal. Añadir la mezcla de harinas a la crema de mantequilla para terminar de formar la masa de las galletas. Terminar de mezclar con las manos y dividir la masa en dos partes. Con ayuda de un trozo de papel film, formamos un cilindro con cada trozo de masa. Debe tener un diámetro de unos 5 centímetros. Refrigeramos durante 3 horas o hasta que la masa se haya endurecido por completo.


3   Antes de empezar a cortar las galletas, precalentamos el horno a 190ºC (375º F) y preparamos una bandeja de hornear cubierta con papel vegetal. Cortamos las galletas con un cuchillo afilado en una tabla de cortar. El grosor de cada galleta debe ser de 1 centímetro aproximadamente. Colocamos las galletas en la bandeja dejando espacio entre ellas y las horneamos por tandas durante unos 10 minutos a 180ºC (350º F). Este paso puede cambiar dependiendo de cada horno.
 





 

Consejos
 
  • Esta receta es ideal para preparar con antelación. Puedes guardar de un día para otro la masa lista para cortar y hornear.


  • A la hora de cortar las galletas, he descubierto que es mucho más sencillo y se rompen menos si las cortas con el papel film por encima. Una vez hayas cortado la galleta, solo tienes que retirar el trocito de plástico de alrededor y listo.


  • El almidón de maíz, también conocido como Maicena (cornstarch en E.E.U.U.), no debe confundirse con la harina de maíz  y no debe usarse para hacer esta receta. A su vez, la harina de maíz (cornmeal en E.E.U.U.) no debe confundirse con la harina de maíz precocida, también conocida como harina P.A.N. En caso de que no puedas encontrar harina de maíz normal, puedes usar la harina de maíz precocida. He preparado esta receta varias veces y las galletas salen bien si se usa la harina tipo P.A.N., aunque para mi gusto están mucho más ricas con la harina de maíz normal.


  • No debemos confundir el extracto de vainilla con la esencia o aroma de vainilla. El extracto de vainilla es de color ámbar y se consigue macerando las vainas de vainilla en alcohol y agua, siendo un producto relativamente natural. La esencia o aroma de vainilla suele ser artificial y se puede encontrar en muchos formatos diferentes, con una concentración más o menos alta. ¿No sabes si lo que tienes es esencia o extracto? Ante la duda añade un par de gotitas y punto. Mejor quedarnos cortos que pasarnos...te lo digo por experiencia, que he arruinado más de una receta por haber confundido ese pequeño bote de concentrado de esencia de vainilla con extracto de vainilla.

  •  Recuerda que la mantequilla es la base de esta preparación. Asegúrate de que utilizas una de calidad.











Receta adaptada de Gourmet's America, Condé Nast Books.


13 de marzo de 2014

BIZCOCHO DE NARANJA SANGUINA


One day closer to spring... aunque por aquí este nevando, ya falta menos para la primavera.

Esta receta se la dedico con mucho cariño a la Srta Pomelo, que ya esta en plena primavera, viendo la vie en rose.



Otra receta dulce para la colección, un bizcocho de categoría en el que vamos a usar AOVE en vez de mantequilla para complementar el sabor de la naranja sanguina. Esta variedad de naranjas no solo aporta un color especial, sino un sabor y un aroma diferentes al de otro tipo de naranjas.

Además de estar muy bueno, este bizcocho aguanta el paso de los días como un campeón,  siempre que lo tapemos para que no se seque. Tardamos 5 días en terminarlo y seguía jugoso y blandito, como recién hecho. 

En la receta original usan un molde rectangular y no le ponen ningún tipo de cobertura, pero no he podido evitar disfrazarlo de pastel y añadirle un poco de color rosa natural, hecho con el mismo zumo de las naranjas sanguinas. El resultado, como podéis ver, es muy bonito.

Y por si lo estábais dudando, esta receta es fácil, muy fácil.




Nivel de dificultad: Fácil
Tiempo de preparación: 30 minutos aprox + 30-40 minutos de horneado



Ingredientes

3 naranjas sanguinas
3 huevos grandes
125g de yogur natural sin azúcar o buttermilk
150 ml  de aceite de oliva virgen extra
200g de azúcar
220g de harina
1 y 1/2 cucharaditas de levadura de repostería (polvos de hornear)
1/4 de cucharadita de bicarbonato sódico (baking soda)
1 pizca de sal
Azúcar glas para la cobertura


Preparación

1   Precalentar el horno a 180ºC (350º F). Rallar la cáscara de dos naranjas sin llegar a la parte blanca. Mezclar con el azúcar y reservar.



2    Pelar las 2 naranjas y quitarles la pulpa, con cuidado de no añadir la parte blanca de la naranja. Cortar los gajos de naranja en trocitos con las manos o con un cuchillo bien afilado.
 


3   Una vez hayamos retirado la pulpa de las dos naranjas, exprimimos los restos sin pulpa en un cuenco para aprovechar el zumo. Necesitaremos unos 50 o 60 mililitros de zumo para terminar la receta, así que exprimiremos la otra naranja para obtener el resto del zumo.


4   En un bol amplio y con ayuda de unas varillas (eléctricas o manuales), batimos los 3 huevos con el azúcar aromatizado con la ralladura de naranja hasta conseguir una mezcla homogénea. Añadimos el aceite de oliva y batimos durante 1 minuto. Incorporamos el yogur y los trocitos de naranja y unos 30ml. del zumo a la mezcla anterior y batimos durante 1 minuto más.


5   En un bol aparte, mezclamos la harina con la levadura de repostería, el bicarbonato sódico y la sal. Tamizamos sobre la mezcla anterior y mezclamos lo justo, hasta que no queden apenas grumos. Es aconsejable no batir más de la cuenta para conseguir un bizcocho suave y esponjoso.


6   Preparamos un molde redondo desmontable de 25 cm. de diámetro forrado con papel vegetal. Horneamos en el centro del horno a 180ºC (350ºF) durante unos 30-40 minutos, hasta que esté hecho. A los 30 minutos introducimos un palillo en el centro del bizcocho, si sale limpio o con muy pocos grumos, es que está hecho.


7    Desmoldar el bizcocho cuando esté tibio y dejar enfriar sobre una rejilla. Decoramos el bizcocho con una glasa preparada con azúcar glas y un chorrito de zumo de naranja sanguina*.

* Apunté las cantidades de azúcar y zumo en alguna parte...pero con mi caos y desorganización habituales soy incapaz de encontrarlos. Recuerdo que utilicé 20ml de zumo de naranja y que fui añadiendo el azúcar glas poco a poco hasta obtener una pasta no muy líquida. Utilicé una bolsa de plástico pequeña a modo de manga pastelera.



Consejos


  • No dudes en hacer este bizcocho con naranjas normales, seguro que sale delicioso.
 
  • Puedes usar buttermilk en vez de yogur para ayudar a que el bizcocho sea más esponjoso.
 
  • Recuerda que en el paso de añadir la harina, no debes batir la mezcla demasiado. Ya sé que soy muy pesada con esto, pero hasta que no descubrí lo que estaba haciendo mal, mis bizcochos parecían ladrillos. 
 
  • Se conserva de maravilla en un recipiente con tapadera.
 
  • Si quieres hornearlo en un molde rectangular (23x13) tardará un poco más de tiempo en hacerse, unos 50-55 minutos.







Receta adaptada de Smitten Kitchen

7 de marzo de 2014

SPANAKOPITA



La receta de hoy va dedicada a unos amigos, Ulyfox y Penélope, viajeros empedernidos y padres recientes de una de las mejores guías de viaje sobre Creta que se hayan escrito jamás...y que conste que todavía no he tenido oportunidades de leerla porque acaba de salir a la venta.

Pero sé que es una guía muy especial porque esta hecha con mucho amor (sí, ya sé que suena cursi, pero es la verdad). Creo que jamás conoceré a dos personas que estén tan enamoradas de una tierra... siempre hay un hueco para Grecia en sus viajes.

Podéis echar un vistazo a la guía aquí.

Espero tener esta maravilla en mis manos dentro de poco, aunque probablemente no podamos viajar a Grecia hasta dentro de muchos años. Tendremos tiempo para llevar los deberes bien hechos.







Y así llegamos hasta la receta de hoy, todo un clásico de la gastronomía de Grecia: Spanakopita o pasta filo con feta y espinacas.

No es un plato difícil de preparar, pero sí es necesario saber unos cuantos trucos para obtener unas Spanakopitas de categoría. Lo primero, utilizar unos buenos ingredientes: espinacas frescas y un buen queso feta.

¿Te animas?

Nivel de dificultad: Fácil tirando a Medio
Tiempo de preparación: unos 30-40 minutos como mucho + 35 minutos de horneado.


Ingredientes 

Para el relleno:

500g de espinacas frescas troceadas
350g de queso feta desmenuzado
150g de yogur griego sin azúcar
4 cebolletas picadas (unos 50g)
3 dientes de ajo muy picados 
2 huevos
2 cucharadas de hierbabuena picada
1 cucharada de perejil picado
1 cucharada de zumo de limón 
1 cucharadita de ralladura de limón (sin llegar a la parte blanca)
1 pizca de nuez moscada
1/2 cucharadita de pimienta negra recién molida
1 pizca de sal (ojo, el queso feta es muy salado!)


Para montar la Spanakopita:

50g de queso pecorino rallado (opcional)
100g de mantequilla para pincelar la pasta filo 
Huevo batido
Semillas de sésamo para espolvorear
20 láminas de pasta filo de 9x14 pulgadas (23x35 centímetros aprox.)  



 

Preparación


1   Colocamos las espinacas en un cuenco grande con un chorrito de agua y  las cocinamos tapadas en el microondas durante unos 5 minutos. 




  Vertemos las espinacas en un escurridor y esperamos unos minutos hasta que se templen. Las pasamos a una tabla de cocina y las troceamos de nuevo para ayudar a que suelten más líquido. Colocamos las espinacas sobre un trapo de cocina limpio y las escurrimos hasta que suelten casi todo el líquido. Este paso es fundamental para conseguir que las Spanakopitas nos queden bien crujientes. 



3   Colocamos las espinacas escurridas en un cuenco grande y añadimos el resto de los ingredientes: queso, yogur, especias, zumo y ralladura de limón, huevos y sal. Mezclamos bien y reservamos.


4   Preparamos una superficie de trabajo para montar la Spanakopita. Derretimos la mantequilla en el microondas y preparamos un pincel de cocina limpio. Colocamos el relleno a mano y el queso pecorino si lo vamos a utilizar. Precalentamos el horno a 180ºC (350º F).


5   En una bandeja amplia, colocamos un trozo de papel de hornear y lo pincelamos con mantequilla. Ahora es el momento de extender  el rollo de pasta filo, justo antes de empezar a montar la Spanakopita. Cogemos una lámina de pasta filo y la colocamos encima de papel de hornear. Pintamos la lamina de pasta filo con mantequilla, procurando no empaparla mucho y colocamos otra lámina encima. Repetimos este proceso hasta que tengamos una capa con 10 laminas. 


6   Colocamos el relleno sin llegar al borde de la masa (dejamos unos dos centímetros de separación) para que no se desparrame al hornearlo y colocamos otra lámina de pasta filo encima. La pincelamos con mantequilla y espolvoreamos con un poco de grana padano por encima (unas dos cucharadas rasas). Colocamos otra lámina de pasta filo y repetimos el proceso con 7 más. Las dos últimas laminas van solo pinceladas con mantequilla. 



7   Presionamos ligeramente con las manos  y pincelamos la última capa con huevo batido. Espolvoreamos con un poco de sésamo y cortamos las capas superiores de la pasta filo con un cuchillo bien afilado. Horneamos durante unos 30-35 minutos hasta que la pasta filo este bien dorada y haya subido bastante. Reposar 5 minutos, terminar de cortar y servir.


Consejos


  • La receta original lleva un par de cucharadas de eneldo. Yo no soy muy "fans" de esta hierba aromática, pero si te gusta o la quieres probar, adelante, que nadie te detenga.

  • A la hora de montar la Spanakopita es recomendable no empapar todas y cada una de las láminas de pasta filo con mantequilla. Una capa ligera en cada lámina es más que suficiente y no pasa nada si queda algún hueco sin pincelar.

  • Las espinacas se escurren bien para que al hornear la Spanakopita, tengamos una empanada crujiente y no una plasta de masa filo.

  • El grana padano (yo he llegado a usar parmesano o grana padano como sustituto) nos ayuda a que la Spanakopita no se nos desmorone tras el primer bocado. No es obligatorio, pero sí muy recomendable.

  • Las espinacas congeladas y fosilizadas y el queso feta más perruno que existe no nos van a ayudar a que este plato este delicioso. Una buena materia prima es fundamental.

  • Yo he usado sésamo negro porque me gusta el contraste de color. La receta original lleva sésamo normal y corriente. 

  • Si podéis encontrar un buen retsina, va genial para acompañar este plato.
     
  • A los puristas de la cocina griega, tengo que avisaros de que ésta es una versión americana de la Spanakopita. Y sinceramente, me parece una receta estupenda.




 

 Yásas!




Receta adaptada de America's Test Kichen.